¿Por qué convertir tu autocaravana a GLP?
Cada vez son más los propietarios de autocaravanas los que deciden transformar el sistema de combustible a GLP (Gas Licuado del Petróleo) para hacer sus viajes con total comodidad. El GLP es una combinación de gas propano y butano, comprimido hasta tal punto que toma forma líquida. Todavía se encuentra poco extendido en nuestro país, pero lo cierto es que ya hay un alto porcentaje de vehículos en todo el continente europeo que lo usan, por lo que cada vez es más sencillo encontrarlo en las gasolineras europeas.
La principal ventaja de pasarse al autogás es que es mucho más barato que los combustibles tradicionales, como el diesel o la gasolina, incluso más que el gas propano o el gas butano. Además, su uso es menos perjudicial para el medio ambiente, aunque hay que tener en cuenta que no deja de ser un combustible fósil.
El comportamiento del GLP en los motores de explosión es muy parecido al de la gasolina, inyectando el combustible en los cilindros en vez de comprimirlo. Con lo cual, solamente es posible adaptar su funcionamiento en motores de gasolina, no pudiendo llevarse a cabo en motores de diesel. Por esta razón, en muchas autocaravanas el GLP únicamente puede usarse para dar suministro a la nevera, la cocina y el sistema de calefacción y agua caliente. Afortunadamente, el gas es perfectamente compatible con estos sistemas, aunque es cierto que tendremos que llevar a cabo algunas modificaciones para adaptarlos a este nuevo combustible.
¿Cómo adaptar una autocaravana a GLP?
El primer paso para adaptar una autocaravana a GLP es tener en cuenta el almacenamiento del combustible. En este sentido, puedes elegir entre varias opciones. Todo depende de si queremos hacerlo más sencillo o más complejo.
Lo más fácil es reemplazar las botellas de gas propano o butano de nuestra autocarava por botellas específicas de GLP. Si queremos, podemos cambiar únicamente una botella en lugar de las dos para mantener la otra de propano o butano. No obstante, para ello, tendremos que instalar un "Sistema Regulador Duocontrol" que permita tener una salida para la bombona de propano y otra para el GLP.
La segunda opción es incorporar un depósito de GLP en nuestro vehículo, fabricado en aluminio y alojado generalmente bajo el chasis, en la parte de atrás de la autocaravana. Su capacidad suele variar entre los 60 y 100 litros, lo que nos permitirá disfrutar de muchas horas de suministro, sin tener que preocuparnos por tener que reemplazar las botellas. Los depósitos de GLP se instalan con un indicador de nivel, lo que permite conseguir un mayor control del consumo y evitar quedarnos sin gas en un mal momento.
Una vez que tengas claro qué tipo de sistema de almacenamiento prefieres, el siguiente paso es adaptar el sistema de suministro de gas. En la mayor parte de los países europeos el suministro de GLP no se hace cambiando la botella, sino recargando el gas a través de una boca exterior normalizada, permitiendo rellenar gas en las gasolineras como cualquier otro tipo de combustible. En este sentido, debes saber que existen cinco tipos de bocas exteriores en función del país en el que estemos repostando. Lo bueno es que solamente tenemos que girar la rosca de a boca exterior para cambiar entre uno y otro.
Una vez que se ha hecho la instalación, la empresa instaladora deberá llevar a cabo las pruebas necesarias en base a la norma UNE-EN 1949 para comprobar que todos los elementos cumplen con los requisitos de estanqueidad y resistencia, y expedir el certificado de instalación para la puesta en servicio de la misma y poder solicitar los envases de GLP al suministrador si es necesario. Además, según las modificaciones que se hayan realizado, tendremos que hacer algunos trámites de revisión de la instalación ante la Inspección Técnica de Vehículos ITV, siendo necesaria la homologación por un ingeniero si hemos incluido un nuevo depósito a la autocaravana.