Cómo conducir con nieve de forma segura
Cuando llega el invierno, debemos extremar las medidas de precaución al volante. Y es que, aunque el tráfico disminuye en esta época en comparación con el resto del año, es un periodo que acumula uno de los mayores índices de siniestralidad. Concretamente, un tercio de las personas fallecidas en accidentes de carretera corresponden al invierno. El asfalto mojado, la mala visibilidad y las imprudencias al volante pueden conllevar muchos riesgos, por lo que es fundamental aprender a conducir con nieve para salvaguardar nuestra propia seguridad y la de nuestros acompañantes.
6 Consejos para conducir con nieve de forma segura
1. Utiliza el cambio de marchas de manera inteligente: una de las técnicas de conducción más importantes consiste en utilizar el cambio de marchas lo menos posible. Siempre es recomendable usar marchas más largas y poner una marcha más corta cuando estemos bajando, de modo que el motor consiga retener el vehículo. Si tenemos un vehículo automático, tenemos que activar el modo”Snow” o “Winter”, ya que esto nos ayudará a controlar mejor la tracción y nos proporcionará una mayor estabilidad sobre el asfalto resbaladizo.
2. Lleva siempre las luces encendidas: es invierno la visibilidad es menos que en los meses de primavera o verano, especialmente si está nevando. En este caso, es importante que lleves las luces encendidas, tanto de noche como de día. De esta forma, no solo disfrutarás de una mayor visibilidad, sino que además tú también conseguirás ser más visible para otros conductores.
3. Mantén la distancia de seguridad: aunque tomes precauciones al conducir con nieve, siempre es posible que tengas algún percance, por lo que es fundamental mantener la distancia de seguridad. Ten en cuenta que cuando la carretera está mojada, el coche no frena de manera tan precisa ni tan rápida, por lo que se requiere de más espacio. Además, tampoco es aconsejable realizar adelantos, ya que los cambios bruscos de velocidad pueden provocar que las ruedas pierdan adherencia.
4. Equipa tu coche con neumáticos de invierno: llevar unos buenos neumáticos es esencial. Debes saber que, cuando las temperaturas bajan de los 7 grados, las características de los neumáticos tradicionales se reducen, por lo que unos neumáticos de invierno pueden marcar la diferencia, mejorando notablemente el agarre y reduciendo la distancia de frenado. Ten en cuenta que a 80 km/h sobre la nieve, unos neumáticos normales necesitan 63 metros para frenar, mientras que unos neumáticos de invierno solamente necesitan 44 metros.
5. Evitar las frenadas bruscas: otra de las técnicas más eficaces a la hora de conducir con nieve es detener el coche usando el freno motor. Si necesitamos pisar el pedal del freno, no lo hagas a fondo ni de forma brusca, ya que las ruedas podrían bloquearse. Ten en cuenta además que con la humedad es normal que las pastillas de freno pierdan eficacia y que frenar con las ruedas giradas aumenta las posibilidades de perder el control del coche. Por esta razón, es importante que intentes frenar con las ruedas rectas. Si el vehículo derrapa, no intentes corregir la trayectoria y no entres en pánico. Levanta el pie del acelerador y mantén la trayectoria corrigiendo con movimientos suaves de volante.
6. Evita los giros bruscos de volante: intenta a toda costa no dar giros bruscos con el volante, ya que corres el riesgo de perder el control del coche. Tampoco lo gires excesivamente en las curvas, ya que podrías sufrir un subviraje, esto es, que los neumáticos de delante pierdan agarre y que el vehículo termine derrapando. Además, recuerda que en la entrada de las curvas, el peso de los coches se transmite a los neumáticos delanteros, de modo que estas ejercen una mayor presión sobre la nieve, haciendo que se derrita y que pueda formarse hielo en la zona.