
Cómo serán los coches del futuro
Cuando en el año 1950, algunos visionarios se aventuraban a intentar adivinar cómo serían los coches del futuro, en su mayoría pronosticaron que los coches voladores formarían parte de nuestra vida cotidiana. Esto pone de manifiesto lo complicado que puede llegar a ser adivinar cómo serán los coches del futuro. Eso sí, podemos apoyarnos en las tendencias actuales en lo que respecta a motorización y a movilidad para comprender cuáles serán sus principales características.
Nos encontramos en un contexto de importantes innovaciones tecnológicas, donde los coches están siendo diseñados con tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas o el Big Data, lo que permite, entre otras cosas, crear coches inteligentes que aportan un grado de hiperconectividad y automatización muy elevado. Y, aunque algunas de estas tecnologías ya llevan siendo usadas varias años en el mundo de la automoción, se espera que los coches del futuro apliquen nuevas versiones mejoradas, más baratas y mucho más potentes.
Coches eléctricos
Se trata de una de las tendencias más inmediatas que se esperan en un futuro cercano. Definitivamente, el coche del futuro será eléctrico en todas sus versiones. Un tipo de motor que apuesta por ser más respetuoso con el medio ambiente gracias a la reducción de las emisiones de CO2, tanto a la hora de circular como de efectuar la recarga y en las diferentes fases de fabricación del vehículo.
En lo que respecta a la reducción de emisiones en la producción de electricidad para generar energía, el coche de hidrógeno es una solución ideal, un coche eléctrico que funciona mediante una pila de combustible. Además, se trata de un coche eléctrico con un mayor grado de autonomía gracias al depósito de hidrógeno a presión.
Coches autónomos
Llevamos ya varios años escuchando que el coche autónomo está a punto de irrumpir en el mercado. Sin embargo, todavía queda un buen trecho hasta que podamos disfrutarlos.
Actualmente, podemos encontrar numerosos automóviles que equipan sistemas muy sofisticados para ayudarnos a realizar tareas más mecánicas, pero para llegar a la autonomía total, es necesario derribar todavía ciertas barreras, algunas de las cuales ni siquiera están relacionadas con el mundo de la automoción, como la adaptación de las infraestructuras, la legislación o los problemas éticos que pueden surgir. En cualquier caso, es algo que terminará generalizándose en todo el mundo, empezando por sectores como el de las mercancías o el del transporte de pasajeros.
Coches hiperconectados
La hiperconexión de los coches no resulta demasiado descabellada. En el futuro, todos los coches estarán conectados, ya que se trata de una característica esencial para conseguir la plena automatización. De hecho, los coches más modernos ya incorporan numerosos grados de conexión y, conforme se vaya avanzando en sistemas de movilidad compartida, más conectados estaremos.
Además, ya hay muchos fabricantes que están apostando por el desarrollo de coches cada vez más inteligentes en lo que respecta a la conexión de los smartphones mediante sistemas de navegación y centros de entretenimiento digital.
Coches transformables
El concepto de un coche transformable surge de la electrificación combinada con la total automatización. Un coche totalmente autónomo y eléctrico permite incrementar el espacio útil del habitáculo, ya que es posible prescindir de los mandos del vehículo, como volante o pedales, del motor de combustión, de los ventiladores y del sistema de refrigeración, por ejemplo.
Gracias a la generalización de la movilidad compartida, este coche podría convertirse en multipropósito. Por ejemplo, el interior del mismo podría configurarse de diferentes formas, desde el coche convencional actual a una minioficina para trabajar mientras nos desplazamos, pasando por una configuración más pensada para el descanso o cualquier otra que se nos ocurra.