Control habitual del estado del vehículo
¿Sabías que, según datos de la DGT, casi la mitad de los vehículos que actualmente circulan por las carreteras españolas superan los 10 años de edad? Esto hace que España sea el segundo país con el parque automovilístico más antiguo de todo el continente europeo, solamente superado por Grecia.
Si tú también tienes un coche de esta edad, es importante que, cada cierto tiempo, lleves a cabo una revisión para minimizar en todo los posible los riesgos de sufrir un accidente o una avería en la carretera. Y además es fundamental que lo hagas también cada vez que vayas a emprender un viaje largo.
A continuación te mostramos cuáles son los elementos que debes comprobar a la hora de realizar un control habitual del estado del vehículo. Siendo los neumáticos, los frenos y los amortiguadores los que componen lo que se conoce como el “triángulo de seguridad”, por lo que hay que prestarles especial atención.
Neumáticos
Los neumáticos son el único contacto que el coche tiene con la carretera, por lo que deben estar en perfectas condiciones. Antes de hacer un viaje largo, comprueba que no tienen ningún golpe o corte y que tienen la presión adecuada. Además, el dibujo debe tener una altura mínima de 1,6 mm. Tampoco está de más echar un vistazo a la rueda de repuesto por si tuvieras que usarla.
Amortiguadores
El desgaste de los amortiguadores y suspensores reduce considerablemente la estabilidad del coche, lo que puede provocar accidentes graves, especialmente al frenar y en las curvas. Para comprobar si están bien, apoya todo el peso de tu cuerpo sobre el capó y retírate rápidamente. Si el coche solamente sube, quiere decir que están bien, pero si rebota hacia abajo, significa que están desgastados y que deberás llevarlo al taller. Revísalos cada 30.000 km y cámbialos cada 50.000 km.
Frenos
Si el pedal está esponjoso al pisarlo, si el pedal se va con demasiada facilidad hacia el fondo, si notas que el coche tarda en frenar o los discos de freno están oxidados, tendrás que llevar tu coche al taller para que cambien el líquido, las pastillas o los discos. Por otro lado, recuerda que debes cambiar el líquido de frenos cada dos años.
Luces
Comprueba que todas las luces funcionan correctamente y que están bien reguladas. Si te vas de vacaciones y vas a llevar peso, recuerda que deben estar más altas.
Líquidos
También es importante que, de vez en cuando, revisen los niveles de líquido refrigerante, aceite y limpiaparabrisas. Si tienes que añadir aceite, ten en cuenta la medida de la varilla indicadora. Lo ideal es cambiarlo entre los 5.000 y los 15.000 km. El líquido refrigerante debe estar al máximo. Y el líquido limpiaparabrisas también debe estar lleno por si tienes que limpiar la luna en un momento dado. Estos dos últimos deben ser revisados cada 2 o 3 meses.
Filtro de aire
Si el filtro no está en buenas condiciones el aire que llegará al motor puede contener partículas abrasivas y que el consumo de combustible aumente considerablemente. Piensa que el coste de combustible en un viaje largo puede suponer lo que cuesta un filtro nuevo. Es recomendable que lo revises al menos una vez al año. Aunque depende mucho del tipo de vías por las que transites, ya que no es lo mismo ir casi siempre por asfalto que por caminos de tierra, donde el polvo es mayor.
Aire acondicionado
Conducir con calor es muy peligroso, pues puede provocarnos somnolencia, por lo que es muy importante que revises que funciona perfectamente antes de hacer un viaje largo en verano. Si el habitáculo no se enfría como debería o notas mal olor, es muy probable que el líquido del circuito interior de haya estropeado y que tengas que cambiarlo.