¿De verdad es tan malo el Diésel para el medioambiente?
Varios estudios han demostrado que los coches diesel, a diferencia de los coches de gasolina, emiten niveles más altos de NOx. Este último es especialmente perjudicial, tanto para el medio ambiente como para la salud, aumentando los riesgos de sufrir inflamación de los pulmones, lo que puede dar lugar a casos de asma y bronquitis, de ataques cardíacos y de accidentes cardiovasculares.
Las investigaciones sugieren que la contaminación del aire en su conjunto causa cientos de muertes prematuras cada año en todo el continente y el diesel contribuye en un alto porcentaje a ello, lo que evidencia la gravedad del problema. Para que puedas hacerte una idea, en Reino unido las muertes por contaminación costaron al Estado alrededor de 86.000 millones de dólares en el año 2010.
Lo más alarmante es que son muchas las ciudades europeas en las que los niveles de NO2 sobrepasan los límites permitidos por la UE. De hecho, llega a ser del doble en algunas partes de ciudades como Múnich, Londres y París. Y esto no es todo, sino que el 90% de los coches diesel modernos siguen superando este límite. Algunos incluso llegan a sobrepasarlo 22 veces, como es el caso del Audi A8. ¿Cómo se ha permitido esto? Muy sencillo. Las pruebas que se realizan en los laboratorios sobre los límites no reflejan la conducción en la carretera.
Es cierto que no ha podido demostrarse que las micropartículas de los escapes de diesel aumenten las posibilidades de sufrir cáncer y que los coches más modernos cuentan con filtros más eficaces para evitar la emisión de casi todo el hollín a la atmósfera, pero nos encontramos con dos problemas. Algunas personas quitan estos filtros para mejorar el rendimiento del coche y abaratar el gasto de combustible. Algo que no es ilegal en muchos países. Y, por otro lado, los efectos del NO2 cuando entran a formar parte de la atmósfera todavía no se entienden.
Hasta aquí todo bien, pero ¿qué ocurre con el CO2? Siempre hemos escuchado que, como los coches diesel son más eficientes, consumen menos combustible y, por tanto, también emiten menos CO2. Sin embargo, se ha demostrado también que las emisiones de CO2 de este tipo de vehículos son sólo ligeramente inferiores a las de los vehículos de gasolina. Lo cual tiene que ver con el hecho de que sean más grandes y más pesados, por lo que la ventaja de le eficiencia queda casi anulada por completo. Pero además, el diésel contiene más carbono que la gasolina para el mismo volumen, concretamente un 12% más de CO2 que un litro de gasolina. Por otra parte, hay que decir que los motores de gasolina se han vuelto mucho más eficientes en los últimos años.
Lamentablemente no hay mucho que los propios conductores puedan hacer para evitar contaminar con sus vehículos, sino que son las propias marcas las que deben buscar soluciones para ello, a lo que no siempre están dispuestas porque no les resulta rentable. Eso sí, puedes tener en cuenta factores en la conducción para reducir las emisiones, como no acelerar innecesariamente, apagar el motor si el coche está apagado durante más de un minuto, llevar el coche a mantenimientos periódicos y no sobrepasar los límites de velocidad.